Comenten, puede ser anónimo, y está bueno saber qué pasa en el lado oscuro de la luna.
Gracias por pasar!



21 de febrero de 2012

El primer cuento que escribo pero no el primero que me dicen

Erase una vez una princesa que debió alejarse del reino por unos días para acompañar a su hermana en un misterioso viaje hacia el pasado. Ambas damiselas partieron en su carruaje hacia tierras plebeyas acompañadas por los duques Ferdinando y Murcio.
Luego de interminables horas arribaron a los Mares de Platino y se alojaron en una cabaña austera que encontraron en las cercanías de las tierras de aquél que alguna vez fue Rey de las noches de Nueva York.
Visitaron al Conde de Brandemburgo y, luego de pasar un día con su familia, retornaron a sus aposentos para descansar y emprender el viaje de regreso al palacio.
Nuevamente en su palacio, la princesa se vio sorprendida por una huelga de la servidumbre y eso la obligo a tomar trapos y escobas para hacer que su castillo volviera a brillar como cuando ella lo dejó. Exhausta por el trabajo decidió darse un reparador baño y allí fue donde encontró un broche de pelo que no era suyo. Oh sorpresa!
Aguardando el regreso del príncipe, la princesa envió una paloma mensajera a la casa de su hermana, la Duquesa de Mardasia, comentándole lo sucedido. Sin salir de su asombro, la princesa aguardó paciente la llegada del príncipe para cuestionarlo sobre ese precioso dije.
Resulta ser que, de acuerdo a las explicaciones de príncipe, el Conde de Osorio había pasado la noche en el castillo y, al momento de darse un baño, olvidó el dije de la Reina de Polonia que él traía entre sus ropas. La princesa no entendió demasiado cómo ese broche había terminado dónde lo encontró, aunque seguramente era una costumbre de las tierras de Osorio entrar a la ducha con todo el ropaje y de ahí el olvido.
Pese a las explicaciones recibidas, la princesa no objetó los argumentos del príncipe, pero le exigió que de aquí en adelante ninguna damisela ingresara en sus tierras cuando ella no estuviera presente.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Creer ó reventar!
Los que saben entenderán y los que no preguntarán.

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