Este fin de semana movió muchas cosas y también me hizo reflexionar sobre otras tantas, una de las cuales es la "ausencia".
Hay ausencias que reconfortan y otras que perturban, hay ausencias que desesperan y otras que tranquilizan, hay ausencias en las que uno anhela y otras en las que ni siquiera extraña. Este fin de semana fue de ausencias placenteras pero perturbadoras por lo que esa calma implicaba.
Sentimientos similares hicieron que una luz de alarma se encendiera en mi cabeza y que meses después tomara la decisión de no estar más con aquella persona con la que me era indistinto estar y, por sobre todas las cosas, con una persona que se había despreocupado de mi y de mis necesidades.
Tomar distancia hace que uno sienta qué es lo que pasa con aquél que está lejos y, cuando nada pasa, es un problema. Hay relaciones que se dan porque la vida sigue transcurriendo, algo así como lo que me pasa... puf! un apagón, 10 años pasaron y cerca de mis 40 me pregunto qué estoy haciendo acá.
Hacerse cargo, no?... un poco de lo que les comentaba el otro día. Sentir a pleno, cuestionarnos, hablar, preguntar... no dejar que el agua siga fluyendo porque corroe, desgasta y nuestro corazón no se regenera por el paso de los años. Pero nosotros hacemos fácil, no vemos, creemos que no sentimos y vamos emparchando y buscando excusas para disculpar lo indisculpable.
Por qué? es mejor estar con alguien que no nos ama ni se preocupa por nosotros que convivir con una soledad que al menos es genuina?.
Qué se yo!
Hoy me preguntaban si no me había afectado el tema del broche, pero la verdad es que no... cada cosa que pasa, a propósito ó no, reafirma más la decisión que tomé, porque esto va a ir de mal en peor. La ventaja es que a mi me va a agarrar entera, porque no hay duelos que hacer y no veo el momento de dejar de disculparme, de tragarme la rabia y de ser condescendiente para no irme a dormir con un nudo en la garganta. Esto es lo que creo... cuando llegue el momento confirmaremos qué tan equivocada estoy.
Nada... esto, la ausencia. Tenía esa palabra dando vueltas desde esta tarde y no quería irme a dormir sin escribir algo al respecto. Sé que al menos hay un corazón del otro lado que está pensando lo mismo y que hoy se pudo dar el gusto de enfrentarse a la ausencia y decir "hasta acá llegué!"
Sinceramente deseo que sean muchos más los que se detengan a cuestionar el día a día, yo llegué a esta altura con muchos sueños perdidos y el corazón roto, pero la vida me sigue dando oportunidades y está en mi encontrar el camino a la felicidad.
A abrir un poquito los ojos y los oídos, hay muchas cosas dando vueltas alrededor que merecen nuestra atención.
Que sueñen con los angelitos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario