Comenten, puede ser anónimo, y está bueno saber qué pasa en el lado oscuro de la luna.
Gracias por pasar!



11 de febrero de 2012

Hubo un tiempo...

Así como me ven, vieja y cansada, adoro la noche. Me gusta su silencio, escuchar la gota que cae de la canilla, una que otra sirena a lo lejos y el ladrido de algún perro que pelea con fantasmas. Me gusta mirar por la ventana y ver las luces de los autos que se pierden en el horizonte y los semáforos que cambian sus luces sin importar si hay alguien esperando esa señal.
Estoy preparando café, del bueno, ese para disfrutar en momentos especiales y ese que solo se comparte con personas especiales. Ya cené, colgué la ropa y hasta hace un ratito me hubieran encontrado cambiando las sábanas y haciendo la cama prolijamente, tirante y sin arrugas.
La tele del cuarto de al lado está transmitiendo un especial de Spinetta y voy escuchando pedazos de canciones al azar y un locutor que habla aunque no llego a entender de qué. Ana no duerme pero Male cayó rendida, la soledad sigue siendo un amigo que no está y esa muchacha con ojos de papel sigue escapándose durante la madrugada porque, así como las hojas, ella también es del viento.
No puedo definirme como una fan de Spinetta porque sería un insulto a aquellos que si lo son, pero amo la música que dice cosas y sus canciones lo hacían. Me quedé con la música de los ´70, llena de poesía, de rebeldía y de acordes magistrales, simples y limpios, sin grandes estruendos y artesanales en todos sus sentidos. Música que contaba historias y me llevaba a tiempos que no eran mios, letras con sentimiento... odio, amor, ira, idealismos... sentimientos con sentido.
Esta noche solo somos la computadora, yo y mis dedos que tipean, nos hay ojos que miren ni pasos que distraigan. 
La noche tiene eso, soledad, privacidad e intimidad, la noche es melancolía... sentimientos que antes apagaba con una cantidad innumerable de vodka y juego de naranja pero que hoy aplaco con un delicioso café y un cigarrillo que disfruto en cada una de sus pitadas.
Mientras tanto la vida transcurre, gira y se retuerce, a veces es llana y desértica, a veces es un vergel lleno de flores y otras se vuelve oscura, borrascosa y gélida. Y en el medio estamos nosotros tratando de encontrarle el sentido y perdiendo nuevamente el camino cada vez que descubrimos por dónde ir. Y acá estoy yo, disfrutando de la brisa, del café, del silencio y de esta soledad que no me pesa.
Me andaban diciendo que este blog venía muy para abajo y no sé si estas últimas palabras habrán sido "pum para arriba", pero es lo que hay... es la vida y una de sus curvas hacia la oscuridad tratando de tomar la profundidad necesaria para que el envión de regreso nos lleve directo hacia la luz.
Vamos y venimos, pero somos los mismos aunque cambiando de piel.

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