Partes de nuestras vidas son triángulos con los que vivimos chocando como pelotita sin control, otras son círculos con espirales infinitas que nos llevan cada vez más lejos pero que tampoco nos dejan escapar y básicamente todas las formas que se me ocurren nos mantienen recluidos, en calma ó en un caos constante, pero encerrados en nosotros mismos.
Y tratando de encontrar similitudes, se me ocurre que, en nuestra relación con los otros, la vida es una línea... perpendicular ó paralela pero que, en cualquiera de los casos, tienen un punto de encuentro para segundos después separarse. La verdad es que no podría elegir ninguna, porque en el caso de las perpendiculares los caminos se tornan totalmente distantes pero en las paralelas es más cruel, porque siempre vemos al otro pero sabiendo que no podemos volver a cruzarnos.
Entonces, me pregunto yo, cómo hacemos para romper las figuras que nos encierran y para torcer esas rectas?.

Lo leo y les cuento, de paso, si puedo, refuto con argumentos válidos esa teoría de ese viejo amigo y vivo más tranquila pensando que aquello que una vez se separó, si debe volver a juntarse, puede volver a cruzarse en otra vida, en otro tiempo ó en otro lugar.
PD: lo de viejo amigo es por ser un amigo de hace mucho tiempo y no porque sea viejo (aclaro para no herir susceptibilidades jajaja)
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