Miren la hora que es y yo sigo dando vueltas!
Hoy trabajé mucho, me quedé en la oficina hasta las 21 hs. para calmar mi consciencia, dejar el trabajo al día y poder tomarme unas merecidas y mini vacaciones que se extenderán hasta el martes inclusive. Si! mañana me voy tempranito y no vuelvo a casa hasta el martes a la noche. En casa ya está todo en orden también, la ropa lavada y colgada, todo cerrado por las tormenta que anuncian para este fin de semana y el bolso está listo.
Ya me bañé y aquí me tienen con un rico café en la mano y con un atuendo que es mejor no describir.
Cuando todo estaba resuelto y preparado, cada cosa en su lugar y había tildado todos los ítems de la lista que una obsesiva como yo hace, me preparé la bañadera, puse música y me perdí. No saben lo que disfruto esos momentos en los que puedo estar conmigo misma y no hay ruidos que molesten. Si supieran los lugares por donde se dispara mi mente!. Es un ejercicio de liberación, dejar la mente en blanco y ver hacia dónde me lleva... a veces son lugares oscuros, a veces increiblemente imposibles y otras veces muy esperanzadores. Mi cabeza piensa y piensa mucho, por eso estaré cómo estoy, "con la mente dañada" como leía hoy en un posteo de Facebook.
Y acá estamos esperando la tormenta de nuevo, dejando que el viento que entra por la ventana me acaricié nuevamente y con una preciosa selección de blues y gospel que acompaña este momento a la perfección.
Este fin de semana no prometo mucho, trataré de escribir algo desde el celular pero las experiencias no fueron buenas. Por otro lado, no creo que las musas me anden rondando. Lamentablemente la inspiración viene de la mano del dolor y este va a ser un fin de semana lleno de amor, de contención, de abrazos y de carcajadas. Este fin de semana voy a mimar mi alma y a tomar fuerzas para afrontar la semana (ó el fin de la semana) con la cabeza calma y el corazón frio... aunque en realidad no creo poder aspirar a tanto!.
Que sueñen con los angelitos!
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