Comenten, puede ser anónimo, y está bueno saber qué pasa en el lado oscuro de la luna.
Gracias por pasar!



30 de noviembre de 2011

Hace 47 minutos era hoy

Hoy volví a casa luego de haberme escapado de esta realidad por cuatro días maravillosos, relajados, llenos de mimos, de atenciones y de un descanso eterno que andaba necesitando. Me reí y me reí mucho, a carcajadas, lloré de risa cada noche y redescubrí ese amor genuino que uno tiene al alcance de las manos pero que de vez en cuando olvida.
Hoy fue mi aniversario... raro, no?. Aniversario de un casamiento que pensé era para toda la vida, pero no. La vida gira, se transforma, cambia y se hace otra vida donde lo que hay no es suficiente, no sirve, lastima y nos deja atados a una vida que ya no es la nuestra.
Hoy me tatuaron flechas en el brazo, flechas de colores brillantes que apuntaban a todas la direcciones... caminos que me esperan y estoy ansiosa por recorrer, por tropezar, por descubrir, para ver cuál es esa nueva vida que me espera, para poder ser esa yo que quiero. Esa yo que no conozco pero que estoy intentando descubrir. No sé si seré una yo mejor, peor, no sé si me gustaré, si te gustará, pero será una yo distinta, nueva, una yo que crecerá de nuevo... con remiendos, pero entera.
Me fui con anuncios de tormenta para esa misma noche pero la tormenta me sorprendió esta tarde, intensa, mágica y feroz como tanto me gusta. Después, cuando me dejaba mecer por la música de mi interior, me volvió a visitar con su misma furia, como si me extrañara ó quisiera recordarme algo que había olvidado. Y acá está de nuevo, el viento la anuncia, golpea las persianas y me recuerda que ella está cerca. Cuando llueve, intensamente como hoy, y mi mente no se dispara hacia lúgubres lugares, el recuerdo es el mismo: 10 años, campamento, ajustar los tensores para que el agua no se filtre, retos, risas y esa maravillosa sensación de que siempre había alguien que se preocupaba por mi. Cosas de la mente... borra algunas partes de la historia pero deja alguna pavadas (?) rebotando de un lado al otro.
Mañana vuelvo a la rutina, al trabajo, a la careta, a esa yo responsable que siempre tiene una sonrisa a flor de piel, a esa yo a la que la vida se le está haciendo pesada pero la sigue llevando.
Los dejo, porque hoy ya es ayer y mañana ya es hoy.

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